Su apogeo coincidió con la fiebre por la música disco y con una época de libertad sexual que se vió truncada con la aparición del sida.
STUDIO 54 fue una gran operación de marketing orquestada y planificada por el extravagante y excéntrico Steve Rubell.
Éste fue uno de los primeros clubes que borraron la distinción entre vida nocturna gay y heterosexual.
A la apertura asistieron personajes tan dispares como Mick Jagger, Salvador Dalí, Andy Warhol (habitual del local), Donald Trump, Brooke Shields, Woody Allen o Frank Sinatra.
En cuanto a rostros habituales de local cabe destacar a Al Pacino, Yves Saint Laurent, Madonna, Cher, Donna Summer, Grace Jones, Elizabeth Taylor, Bette Davis o Diana Ross.
Dos años después de su apertura, el local facturaba tal cantidad de dinero que su propietario comenzó a ser investigado por la policía.
Rubell era conocido por seleccionar a su antojo a los clientes, eligiéndolos del gigantesco tumulto de gente que esperaba afuera, al otro lado de un cordón custodiado por vigilantes. Rubell mezclaba hermosos «don nadies» con glamurosas celebridades en el mismo recinto, pues seguía la lógica de que los extremos o excesos son el camino a la perfección, o como decía: «El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría», citando la conocida máxima de William Blake. En realidad, la finalidad de tal mezcolanza de público era más carnal que espiritual: Rubell ofrecía a su clientela de vips un ambiente «a tono», repleto de jóvenes aspirantes sexualmente accesibles y que quedaba a salvo de los flashes fotográficos.
Studio, estaba dentro de un viejo teatro; los palcos eran conocidos por sus encuentros sexuales fortuitos. El consumo de drogas era ilimitado.
La pista de baile estaba decorada con una figura de una luna con cara de hombre que parecía estar inhalando cocaína.Tras investigar a Rubell y descubrir que eludía impuestos y que se consumían drogas en el local, la policía procedió a clausurar el club en febrero de 1980. A la fiesta de clausura asistieron célebres invitados. Se dice que la última copa se la tomó Sylvester Stallone.
En 1981, la discoteca se reabrió con otros dueños pero volvió a clausurarse en marzo de 1986. Durante estos 5 años pasaron por su escenario artistas como los Village People, Cyndi Lauper, Madonna, Boy George o Duran Duran.
Desde entonces, el local en el que se ubicaba ha sido multitud de cosas, acogiendo nuevos clubs, obras teatrales, conciertos, e incluso un club nudista... pero nada que pudiese compararse con el universo y la magia original del Studio 54.
STUDIO 54 fue una gran operación de marketing orquestada y planificada por el extravagante y excéntrico Steve Rubell.
Éste fue uno de los primeros clubes que borraron la distinción entre vida nocturna gay y heterosexual.
A la apertura asistieron personajes tan dispares como Mick Jagger, Salvador Dalí, Andy Warhol (habitual del local), Donald Trump, Brooke Shields, Woody Allen o Frank Sinatra.
En cuanto a rostros habituales de local cabe destacar a Al Pacino, Yves Saint Laurent, Madonna, Cher, Donna Summer, Grace Jones, Elizabeth Taylor, Bette Davis o Diana Ross.
Dos años después de su apertura, el local facturaba tal cantidad de dinero que su propietario comenzó a ser investigado por la policía.
Rubell era conocido por seleccionar a su antojo a los clientes, eligiéndolos del gigantesco tumulto de gente que esperaba afuera, al otro lado de un cordón custodiado por vigilantes. Rubell mezclaba hermosos «don nadies» con glamurosas celebridades en el mismo recinto, pues seguía la lógica de que los extremos o excesos son el camino a la perfección, o como decía: «El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría», citando la conocida máxima de William Blake. En realidad, la finalidad de tal mezcolanza de público era más carnal que espiritual: Rubell ofrecía a su clientela de vips un ambiente «a tono», repleto de jóvenes aspirantes sexualmente accesibles y que quedaba a salvo de los flashes fotográficos.
Studio, estaba dentro de un viejo teatro; los palcos eran conocidos por sus encuentros sexuales fortuitos. El consumo de drogas era ilimitado.
La pista de baile estaba decorada con una figura de una luna con cara de hombre que parecía estar inhalando cocaína.Tras investigar a Rubell y descubrir que eludía impuestos y que se consumían drogas en el local, la policía procedió a clausurar el club en febrero de 1980. A la fiesta de clausura asistieron célebres invitados. Se dice que la última copa se la tomó Sylvester Stallone.
En 1981, la discoteca se reabrió con otros dueños pero volvió a clausurarse en marzo de 1986. Durante estos 5 años pasaron por su escenario artistas como los Village People, Cyndi Lauper, Madonna, Boy George o Duran Duran.
Desde entonces, el local en el que se ubicaba ha sido multitud de cosas, acogiendo nuevos clubs, obras teatrales, conciertos, e incluso un club nudista... pero nada que pudiese compararse con el universo y la magia original del Studio 54.
1 comentario:
Jo!.. Ya podíamos haber sido modennnnnos en aquella época y codearnos con lo mejorcito... Habríamos cambiado las tardes del LeOre por darlo todo en el Studio 54 y yo habría sido la musa de Andy (Warhol) y la amiga-confidente de Madonna, mientras que Dalí se debatiría entre sacarme a bailar o convender a Sinatra para que me cantase al oido... Y tras conocer allí a Woody (Allen), habría rodado yo "Vicky, Cristina, Barcelona" y ahora tendría un oscar entre mis manos...
Y tú, en la mitad de la raya.. mirando estarías pa'l cielo. jajajajajajaja
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